En su Dogmática Eclesiástica, el volumen III/4 expone su pensamiento en relación a los problemas éticos planteados por la situación de la criatura humana: las relaciones con la creación, las relaciones entre el hombre y la mujer: casamiento, padres e hijos, pueblo y humanidad, respeto a la vida, problemas del trabajo, etc. Pero sin duda alguna, desde nuestro punto de vista, el trabajo más importante de Barth es su opúsculo titulado Comunidad cristiana y comunidad civil, que corresponde a 1946 y que es como una síntesis de todo su pensamiento acerca de la situación y el compromiso del cristiano en la sociedad y con la política.
En dicho trabajo Barth sitúa a la comunidad civil en su correcta perspectiva frente a la comunidad cristiana: es ésta la que comprende la verdadera necesidad de la comunidad civil. “Pues ella sabe que todos los hombres (cristianos y los no cristianos) tienen necesidad de “reyes”, es decir, de seres situados bajo un orden legal exterior, relativo y provisorio, protegido por una autoridad y un poder superiores. Ella sabe que la forma auténtica, original y definitiva de este orden será revelada en el Reino eterno de Dios y en la justicia eterna de su gracia”. La comunidad cristiana comprende la necesidad de la comunidad civil, porque sin un orden político no habría posibilidad de un orden cristiano.
Esto no representa una justificación tota de lo que hace el Estado; éste será sometido al juicio de Dios. La actividad del Estado debe estar al servicio de Dios (Rom. 13: 4), y la comunidad cristiana debe discernir cuándo y cómo el Estado cumple este servicio: de ninguna manera la Iglesia (como comunidad cristiana) puede asumir la actitud indiferente de un cristianismo apolítico. Frente al Estado la comunidad cristiana no debe perder su identidad de tal: tiene que anunciar la soberanía de Jesucristo y la esperanza del Reino de Dios que viene, y su consecuencia, del juicio de Dios para el Estado en la situación actual.
Julio de Santa Ana, “Algunas referencias teológicas actuales al sentido de la acción social” en Responsabilidad social del cristiano, Montevideo: ISAL, 1964, pp. 33-34
AFR
Ramos Mejía, 7 de setiembre de 2010
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