viernes, 27 de agosto de 2010

Carta de Karl Barth a Hans Küng

"Mi querido Hans Küng:
Me ha pedido usted unas palabras escritas sobre su libro, que de viva voz más de una vez hemos comentado. ¿Por qué no? Y si lo quiere incorporar a su libro, creará usted un verdadero novum, único, por cierto, en la literatura teológica -pero ¿por qué no hacerlo también así? De todas formas, en los últimos tiempos han sucedido bastantes cosas notables en el campo que antaño se llamaba 'teología de la controversia'. Y entre los acontecimientos en que pienso, este libro suyo consagrado a mi interpretación de la justificación es de tal manera memorable que estimo fructuoso manifestarme yo mismo en él con alguas líneas. ...
He de atestiguarle con gusto y agradecimiento no sólo el haber sabido recoger cuanto de esencial hubiera sobre el tema de la justificación en los diez volúmenes publicados de mi Kirchliche Dogmatik, habiéndolo interpretado correctamente, es decir, de acuerdo con mi pensamietno, sino el haberlo sacado hermosamente a la luz con una concisión en la exposición que no daña a la precisión en el detalle, sino con alusiones numerosas y hábiles a las relaciones más amplias."
Carta de Karl Barth, publicada en la obra de Hans Küng, La justificación por la fe según Karl Barth, Barcelona: Estela, 1967, p. xxi.
AFR
Buenos Aires, 27 de agosto de 2010

Ni antropocentrismo liberal ni ilusión pietista

"En el Comentario a la Epístola a los Romanos, Barth tiene que destruir el 'antropocentrismo' liberal o la fácil ilusión pietista, que creen poder hacer una ecuación entre Jesucristo y nuestros ideales o valores humanos, nuestras especulaciones o nuestra experiencia. Por eso Jesucristo es el 'no' de Dios, la 'frontera' infranqueable frente a la soberbia que nos lleva a 'endiosarnos', el 'extraño' que no se deja 'poseer' en nuestra experiencia, objetivar en nuestras fórmulas teológicas o poner al servicio de nuestros 'programas'. Pero es alteridad (ser el 'otro' que el hombre) es precisamente lo único que nos libera para vivir nuestra experiencia, articular nuetras reflexiones o emprender nuestros proyectos modestamente, sin soberbia ni gigantismo, a nuestra medida humana... y sobre todo sin desprecio o cinismo frente a los demás hombres que no comparten nuestra experiencia, teorías o programas."
José Míguez Bonino
En: Karl Barth, Introducción a la teología evangélica, Buenos Aires: La Aurora, 1986, p. 17
AFR
Buenos Aires, 27 de agosto de 2010

Algunas obras de Karl Barth en castellano

Bosquejo de dogmática, Buenos Aires: La Aurora, 1954
Comunidad civil y comunidad cristiana, Montevideo: ULAJE, 1967. Prólogo de Emilio Castro (Hay otra edición de la obra, traducida del alemán y publicada en Madrid por Fontanella-Marova, 1976).
La oración, Salamanca: Sígueme, 1969
La revelación como abolición de la religión, Madrid: Fontanella-Marova, 1973 (se trata de una sección de la Church Dogmatics).
Ensayos teológicos, Barcelona: Herder, 1978 (incluye el decisivo ensayo: "La humanidad de Dios")
Introducción a la teología evangélica, Buenos Aires: La Aurora, 1986. (Introducción de José Míguez Bonino)
La proclamación del Evangelio, Salamanca: Sígueme
Carta a los Romanos, Madrid: BAC, 1998 (la obra que produjo el giro copernicano en la teología cristiana del siglo XX. Hay también versao brasileira por Novo Século, de Sao Paulo).

Alberto F. Roldán
Buenos Aires, 27 de agosto de 2010

¿Barth en Latinoamérica?

El propósito de plantear la presencia de Karl Barth en América Latina radica en la importancia que su obra tuvo en las teologías forjadas en este continente. En efecto, algunos de los teólogos que marcaron rumbo en los escenarios teológicos latinoamericanos estudiaron con Barth o fueron influidos por su pensamiento. Entre otros, cabe nombrar a: Juan A. Mackay, teólogo presbiteriano escocés, radicado en Lima, Perú, quien conoció personalmente a Barth y reconoce la influencia que tuvo en su pensamiento. Entre los alumnos de Barth se pueden mencionar a: Emilio Castro, pastor y teólogo uruguayo, que estudió con Barth en Basilea y elabora un prólogo a la edición uruguaya del libro de Barth: Comunidad cristiana y comunidad civil; Rolando Gutiérrez-Cortes, pastor y teólogo centroamericano, ya fallecido y Juan Stam, teólogo estadounidense-costarricense, para quien el legado de Barth fue decisivo en su formación y producción. Finalmente, cabe mencionar a José Míguez Bonino, acaso el teólogo protestante más importante del siglo XX que, no nos consta haya estudiado con Barth pero evidencia en muchas de sus obras la influencia decisiva del teólogo reformado suizo.
En este blog intentamos recuperar la herencia barthiana, a partir de una premisa: su teología es, para nosotros, la alternativa entre el fundamentalismo y el liberalismo teológico. En otras palabras: el pensamiento de Barth nos permite dialogar con nuestro mundo a partir de la centralidad de Jesucristo sin tener que adoptar posiciones fundamentalistas ni liberales que consideramos, de alguna manera, superadas.

Alberto F. Roldán
Buenos Aires, 27  de agosto de 2010